En el año 2010 realizamos el Camino en compañía de Juan Sebastián, un joven colombiano aquejado de parálisis cerebral.
- CAMINO: Madrid-Santiago. JULIO-AGOSTO (del 15 de julio al 5 de agosto)
El primer Camino de los Sentidos comenzó el martes18 de Agosto del año 2009 aunque su historia se remonta a trece años atrás, momento en el que conocí a Gerardo. Gerardo es sordo y ciego pero tiene tanta vida y tantas ilusiones como el que más. Ese 18 de Agosto de 2009 salimos de Vigo en furgoneta con dirección a Roncesvalles con la intención de regresar pedaleando sobre nuestros pasos y llegar en peregrinación a Santiago. Y llegamos… pasando por Pamplona, Cizur Menor, Villamayor de Monjardín, Logroño, Navarrete, Belorado, Burgos, Carrión de los Condes, Mansilla de las Mulas, León, Astorga, Villafranca del Bierzo, El Cebreiro, Sarria y Arzúa antes de ver el sueño de Gerardo realizado.
Pero claro, la realización de ese sueño le abrió a Gerardo unas puertas que hasta ese momento ni había soñado que pudieran abrirse y hubo que pensar en lo que íbamos a hacer con él al año siguiente. No hizo falta darle demasiadas vueltas a la cabeza. La respuesta nos llegó vía internet gracias a la conexión con Francisco Meneses, padre de un joven aquejado de una parálisis cerebral. La cosa fue un pelín diferente este/ese año 2010, tanto que hasta el nombre del proyecto cambió. No fue El Camino de los Sentidos-2010 sino La Bicicleta de la Esperanza-2010. ¿Por qué ese cambio? Pues porque en esa ocasión el protagonista principal no iba a ser Gerardo sino un muchacho colombiano llamado Juan Sebastián. Efectivamente, el hijo de Francisco. Esa segunda aventura comenzó en Madrid y nos llevó sobre nuestros triciclos de dos plazas de nuevo a Santiago pasando por Segovia, Ávila, Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, Zamora, Granja de la Moreruela, Benavente, León, Astorga, Ponferrada, A Rúa, Monforte de Lemos, Orense, Vigo y Pontevedra. Una vez más se trató de una experiencia muy enriquecedora tanto para los que pedaleábamos como para los que nos recibían en sus asociaciones de parálisis cerebral. Porque de eso fue de lo que trató el proyecto, de compartir la experiencia colombiana y la española en el ámbito de esa discapacidad tan especial y tan amplia.